El director del Centro de Investigación de Zonas Áridas (CIZA) de la Universidad Nacional Agraria La Molina dijo en “Piura con Ciencia”, que los menores buscarán soluciones a la contaminación.
Por Tania Elías. 27 noviembre, 2015.
El investigador Juan J. Torres visitó la UDEP para brindar una conferencia a los alumnos sobre el quehacer científico. Su exposición estuvo enfocada en la educación de los niños y los problemas actuales del mundo.
“A su edad, no deben ser ajenos a la contaminación o los desastres naturales, porque ellos son los que a corto plazo darán las soluciones”, indicó a propósito de la Cumbre del Cambio Climático COP2 que se realizará en diciembre.
¿Qué tan importante es este tipo de enseñanza para los alumnos?
Creo que es un trabajo pionero entre las universidades. En verdad, es la forma concreta de abordar los problemas de este siglo. Estos problemas los vive la gente, la humanidad, y los principales están en el tema ambiental. El cambio climático es el problema de este siglo, sin lugar a dudas, aunque no parezca. ¿Quiénes van a recibir los impactos de este problema ambiental? Los niños, definitivamente.
¿En qué sentido recibirán lo efectos?
El 2030 es uno de los puntos de quiebre de la mayoría de modelos climáticos. Los efectos climáticos acumulativos más directos se van presentar de una manera explícita. Lo que vivimos a diario son los eventos extremos, como inundaciones, hundimientos de tierra, terremotos, huracanes, sequías… Los eventos climáticos son a paso lento. Todo ello está configurando la tendencia, que tiene como hito el 2030 con ese acumulado de estos eventos. Una de los primeros cambios, se afirma, será el aumento de la temperatura en dos grados. Se está pensando que la cosa puede llegar a tres o cuatro grados.
¿Esto significa un cambio rotundo en el día a día de las personas?
Las implicancias biológicas de estos cambios en el planeta llevan a generar otro tipo de enfermedades. No sabemos cuál será el impacto sobre los ecosistemas marinos, la agricultura y la producción de alimentos; no hay claridad en los eventos que ahora son extremos y se volverán constantes. Imagínate las lluvias del Fenómeno El Niño (FEN) permanentes durante abril, mayo, junio, julio y agosto; o terremotos semanales. La gente debe estar preparada para estos eventos, y los niños son los más indicados para recibir este tipo de alertas.
¿Es una especie de “temor climático”?
Exacto. Con todo esto, los niños van a ir manejando un nuevo concepto: la incertidumbre climática. Tenemos que incorporar en los jóvenes la incertidumbre, prepararlos para lo desconocido. Será parte de vivir en el planeta, y con ello debemos tener la capacidad de cambiar paradigmas de vida: la comodidad, la austeridad.
¿Qué tendría que hacerse en Piura, ante ese panorama?
Con todo el potencial, se deben tomar medidas no solo de prevención. Reuniones como “Piura con Ciencia” harían posible que se construyan escenarios: ¿qué significan todos estos cambios en la pesca, en la agricultura, en la ciudad? ¿qué hacer con lluvias, con sequías?. Para los niños es una incertidumbre y ellos deben estar aptos para asimilar los cambios.
¿No es este un panorama pesimista?
No. La palabra clave es la incertidumbre. Prepararnos para posibles escenarios.